1958: El bicampeón le hizo un 'ocho' al Sevilla

DC te trae la historia que hay detrás de las mejores imágenes del Real Madrid





Una vez más el privilegio de ser el actual campeón de Europa permitió que el Real Madrid no tuviera que disputar la tediosa primera ronda, donde sí estuvo el Sevilla. El cuadro andaluz debutó en la competición en su condición de subcampeón de Liga, ya que había acabado tras el equipo madrileño en la competición doméstica. Así, los hispalenses lograron la machada de eliminar al Benfica por un global de 3-1 y sellaron su pase para los octavos de final junto a otros grandes aspirantes al título como el Manchester United, el Milan y el Vasas de Budapest.

Al Real Madrid le tocó comenzar su andadura ante el equipo belga Royal Antwerp, un conjunto bastante inferior al campeón de Europa. Sin embargo, los de Amberes consiguieron poner en apuros a la escuadra madridista en el partido de ida, en el cual lucieron un buen fútbol e incluso llegaron a estrellar tres balones en los palos. Pero en estos casos ya se sabe que la experiencia es un grado y el campeón de España logró hacerse con el triunfo a domicilio gracias a un doblete de Di Stéfano (1-2) y a una magnífica actuación del portero Domínguez.

Con la eliminatoria encarrilada tras el paso por Bélgica el Real Madrid se tomó sin presión el partido de vuelta que se jugó el 28 de noviembre de 1957 en el estadio de Chamartín. En un abrir y cerrar de ojos tras el comienzo del partido Rial ya había marcado los dos primeros goles y para antes de llegar al descanso el argentino tenía un 'hat-trick' en su haber. El coliseo merengue estaba haciendo mella en los inexpertos futbolistas belgas y tras el descanso la 'sangría' se duplicaría. Y es que Marsal, Kopa y Gento no tuvieron piedad de su rival y colocaron el 6-0 definitivo con el que el Real Madrid sellaría brillantemente su clasificación para los cuartos de final.

El Real Madrid marcó 8 goles al Sevilla en la Copa de Europa de 1958
Di Stéfano anota el cuarto gol al Sevilla en un penalti magistralmente lanzado (1958)

En la siguiente eliminatoria las cosas se iban a presentar más difíciles, al menos a priori. Y es que el bombo fue caprichoso y decidió que los dos equipos españoles se cruzaran en cuartos de final. Lógicamente el favorito era el Real Madrid por su doble condición de campeón de Europa y de Liga, pero los andaluces eran por entonces un conjunto muy difícil de 'roer'. De hecho en la temporada anterior los madrileños no habían logrado ganar ninguno de los dos partidos de Liga ante su nuevo rival europeo (en Sevilla perdieron por 2-0 y en Madrid empataron a uno), por lo que la ronda se presumía bastante equilibrada en un inicio.


El problema - sobre todo para los sevillanos - es que sólo hicieron falta 47 minutos del partido de ida para comprobarse que en realidad todo iba a ser coser y cantar para el rey de Europa. Los hispalentes plantearon en el choque de Chamartín un partido para empatar y al final acabaron llevándose para casa una de las mayores goleadas de la historia de la competición. En el descanso el Real Madrid ya vencía por 2-0 con goles de Di Stéfano y Kopa y tras la reanudación caerían hasta seis tantos más: tres del argentino, otro del francés, uno de Marsal y uno de Gento. Curiosamente los dos equipos jugaron con diez hombres cada uno durante casi toda la segunda mitad, lo que evidentemente afectó más al juego de los visitantes.

Así pues, el partido de vuelta fue un mero trámite que el Sevilla intentó salvar con un buen resultado para dejar Europa con la cabeza alta. Por su parte el Madrid se tomó con calma el partido, aunque Carniglia no reservó a la mayoría de sus estrellas y se presentó con Di Stéfano, Kopa, Zárraga y Muñoz, entre otros, en el partido. Después del 8-0 de la ida la motivación era claramente sevillista, por lo que los locales lograron ponerse con ventaja de 2-0 al descanso gracias a los goles de Arza y Pahuet.

Pero al Madrid nunca le ha gustado perder, ni siquiera en los partidos con nada en juego, de forma que los blancos sacaron su garra en los minutos finales y consiguieron igualar a dos con un par de dianas de Pereda. De esta forma ambos quedaban contentos, porque los sevillanos abandonaban la competición con un empate ante el mejor equipo del continente y los madrileños se clasificaban para semifinales como invictos. El sueño de la tercera Copa de Europa seguía más vivo que nunca.

Fuente de las imágenes: Diario As.