Ante los Espanyol, el luso marcó cinco goles, tuvo una ocasión muy clara para marcar el sexto en su cuenta particular, y además, dio el pase del cuarto gol a Karim Benzema. Lo hizo todo, y lo hizo todo a la perfección. Marcó goles de todas las facturas y volvió a demostrar que no existe un jugador total en el mundo de ese calibre.
Llegaba la Champions y Cristiano ha vuelto a marcar pero también a asistir. Pese a que algunos quieren ‘tacharle’ de egoísta, lo cierto es que la estrella del Real Madrid disfruta de igual manera marcando goles que dándolos a sus compañeros. Es feliz junto a Bale, Benzema, James o Isco. Entre los cinco se entienden a las mil maravillas.
Tanto es así, que Cristiano ya le regaló unos auriculares de la marca ‘CR7’ a cada miembro de la plantilla tras las cinco dianas en Cornellá. La relación del portugués con el vestuario es asombrosamente magnífica. Mientras, desde el exterior se intenta vender lo contrario. El fútbol de Cristiano crece proporcionalmente a la envidia de los antimadridistas.
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