Desde hace días, en Vitoria empiezan a tener la mosca detrás de la oreja. Tras el atraco que sufrió el Eibar en el Camp Nou el pasado domingo, en el Alavés temen un robo desorbitado en la final de la Copa del Rey. Pellegrino y los suyos desconfían de que, si ponen contra las cuerdas al Barcelona, aparezca el colegiado de turno para darle la ayudita pertinente a los azulgrana. Y así lo ha confesado el entrenador.
"Para mí hubiese sido mejor que estuviera el VAR. Me hubiera gustado también por curiosidad, por tranquilidad. Hubiese estado más tranquilo sabiendo que está y que sea justo", ha explicado el técnico. Unas palabras que denotan cierto temor a que el árbitro, Clos Gómez, le ponga la guinda a una carrera llena de escándalos culés y antimadridistas ayudando al Barcelona en la final.
El Alavés está con mucha ilusión de cara a la final de Copa. Están trabajando desde hace tiempo en este partido, intentando encontrar el modo adecuado de frenar al equipo azulgrana y hacerle daño buscando sus puntos débiles. Sin embargo, si los vitorianos tienen una oportunidad de ganar la Copa es sólo con el árbitro haciendo bien su trabajo. Por esta razón temen en Mendizorroza a un Clos Gómez que, sin VAR y a un paso de la retirada, tiene vía libre para despedirse por la puerta grande.
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