Los de Zidane fueron claramente perjudicados en Son Moix, desde el primer momento de encuentro. En el 3’, sin ir más lejos, Joan Sastre merecía la tarjeta roja por un patadón a la altura de la rodilla sobre Vinicius Júnior. Se culminó la historia con un penalti al final de cada tiempo: primero de Baba a Casemiro y luego de Salva Sevilla a Brahim. (El VAR sigue sin actuar legalmente, ¡¡entradón a Odegaard!!)
Lo cierto es que el problema ya viene de lejos, pero en esta temporada se está notando de forma muy visible por la claridad de las jugadas. El Real Madrid ya estalló en La Cerámica cuando vio como en los últimos minutos de partido Albiol cometía penalti sobre Vinicius Júnior. Nadie avisó al VAR y nadie rectificó, obviamente.
Otra de las jugadas que más molestó a la entidad blanca fue incluso con una victoria, ante el Osasuna, con ese gol anulado a Jovic cuando la línea tirada desde el VAR mostraba una posición muy dudosa. Tampoco se pasa por alto la roja que vio a Modric en Balaídos, una jugada con doble rasero para otros equipos. El Real Madrid dice ‘basta’ ante la cacicada del VAR que se repite día tras día.
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