Nos hemos empeñado en decir que este Real Madrid-Manchester City era un partido de 180 minutos, pero en tan sólo 15 han pasado más cosas de lo que suceden en muchas eliminatorias completas.
Bernardo Silva golpeaba primero aprovechándose de un error de Lunin, sin embargo, lo que parecía un drama empezaba a escribir otra página mágica del Madrid en Champions.
No tardó mucho Camavinga en empatar el partido gracias a un zapatazo que, con algo de fortuna, se acababa colando en la portería de Ortega para tranquilizar a todos.
Pero esto es el Madrid y en esta competición, y ante el City, tenía que aparecer Rodrygo. Pero en esta ocasión no quiso esperar hasta los minutos finales y lo hizo mucho antes que hace 2 años.
Vinicius tiró un balón en largo viendo el desmarque de su compatriota, que tuvo la calma de pararse dentro del área, para definir de una manera magistral y darle la vuelta al marcador.
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