El partido parecía que se iba a decidir en la vuelta del Etihad, sin embargo, el inicio fue frenético y rompió todos los pronósticos que se habían hecho durante la previa.
Bernardo Silva marcó el primero a los 2 minutos de juego, pero no tardó mucho el Real Madrid en darle la vuelta al marcador gracias a los zarpazos de Camavinga y de Rodrygo.
En la segunda mitad, cuando mejor estaba el Real Madrid, era el Manchester City el que a base de golazos volvía a darle la vuelta al marcador gracias a Foden y a Gvardiol.
Y cuando parecía que peor estaban los merengues, Vinicius levantó la cabeza, vio la llegada de Fede Valverde totalmente solo por el otro lado y le quiso poner un balón que era un regalo.
El halcón no remató bien la anterior que tuvo, pero en esta no lo dudó, la cazó al vuelo a la perfección y mandó el fusil a la portería. Era imparable y logró de nuevo el empate para los blancos.
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