En los días previos al clásico, las dudas se cernieron sobre el estado de forma del portero merengue cuando Juande decidió que Dudek defendiera la portería del Madrid ante el Zenit. Y, si bien es cierto que los malos momentos por los que ha atravesado el Madrid en esta temporada han arrastrado a Iker en alguna ocasión, el portero mostoleño ya dejó patente ante el Sevilla que se encuentra en plena forma, y en el Camp Nou certificó otra gran actuación.
Iker se mostró más activo de lo normal en Barcelona, colocando efectivamente a la zaga merengue durante prácticamente todo el partido, pero su actuación no se limitó sólo a dar órdenes, sino que también supo calzarse el mono de trabajo cuando llegó el momento. El guardameta merengue sobresalió con seis paradas de mérito, algunas realmente espectaculares como el despeje de puños a un lanzamiento de Etoo, o el remate que rechazó a Messi cuando éste veía la portería descubierta en la segunda parte, aunque su momento estelar lo vivió al detenerle el penalti al propio delantero camerunés.
Casillas ya ha parado dos penaltis en lo que va de Liga
Con estas intervenciones, Iker se convirtió en uno de los factores clave para desarbolar el hasta entonces efectivo ataque culé, y certificó su mejor actuación en lo que va de temporada. Y es que con estas seis paradas registradas en el clásico, Casillas supera ampliamente el balance cosechado hasta entonces, que decía que sólo realizaba 2,7 paradas por encuentro. Además, el penalti detenido a Etoo era la segunda pena máxima que detenía el cancerbero madridista en la presente Liga y, a la postre, el mejor reflejo de la resurrección de Iker cuando algunos le daban ya por muerto.
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