Recurrir por recurrir

El club blanco no tiene ninguna esperanza de que Apelación rebaje hoy ni uno solo de los diez partidos con que fue sancionado Pepe





Con todo, los argumentos presentados en el recurso por el Real Madrid son de una solidez jurídica a prueba de bombas. Recordando casos análogos que se han dado en nuestra Liga en los últimos años, el club blanco alega que no hubo dos agresiones por parte de Pepe, sino una única acción continuada; que no se causó daño físico a Casquero ni a Albín y, por último, que se produjo arrepentimiento espontáneo por parte del defensa brasileño nada más acabar el partido.

Según se explica en el recurso, era materialmente imposible que Pepe hubiera pedido perdón antes de lo que lo hizo (nada más acabar el choque, se presentó en la caseta arbitral para disculparse ante Delgado Ferrerio), salvo que hubiera irrumpido en los minutos que quedaban de partido y se hubiera puesto de rodillas en mitad del campo. Se recuerda, asimismo, en el recurso precedentes en los que Competición admitió como arrepentimiento espontáneo comparecencias públicas de los agresores al día siguiente de disputado el partido en cuestión.

Pero la solidez jurídica con la que se ha elaborado el recurso es una cosa y la forma de actuar del ‘villarato’ (especialmente, cuando el Real Madrid está de por medio) es otra. Si Apelación fuera un órgano medianamente independiente y no funcionara bajo el dictado del ‘villarato’, la sanción a Pepe tendría que quedar reducida en al menos cuatro partidos.

Todas esperanzas del Real Madrid están puestas en el Comité Española de Disciplina Deportiva, a donde, por ahora no alcanzan los sucios tentáculos del ‘villarato’. Por cierto, ayer se comentaba con indisimulada sorna en el Bernabéu que Competición ni siquiera ha impuesto una multa a Messi por levantarse en dos ocasiones diferentes la camiseta el pasado sábado, mostrando una leyenda. Por idéntico motivo, el sevillista Kanuté fue sancionado esta misma temporada. Pero hay más: Undiano Mallenco tendría que haber mostrado tarjeta amarilla a Messi cada vez que se levantó la camiseta, según la normativa vigente. No lo hizo y con ello perdonó la expulsión al jugador azulgrana.