No hay excusas: ganar o ganar

Pellegrini y sus hombres serán sometidos al juicio del Bernabéu. Un ex madridista como Míchel llega para intentar armarla. Los blancos no pueden volver a fallar y menos en su feudo





El descalabro copero en Alcorcón no hizo sino incrementar las críticas hacia un equipo que no enamoró en sus inicios pero que sí que ganaba. Con el aura de Cristiano Ronaldo vagando por piscinas, camillas y manos de fisioterapeutas, el castillo de naipes blanco sufrió un desplome tan grande como inesperado en la cita europea ante el Milán. Y en Alcorcón las cartas ni siquiera hicieron acto de presencia en la partida. A Pellegrini, por tanto, no le queda otra que jugar la mejor de sus manos ante el Getafe de un Míchel que, por muy merengue que se autoproclame, llega con el colmillo bien afilado por si transforma la lógica, ser víctima, en historia, ser verdugo.

Alineaciones probables:

Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Raúl Albiol, Marcelo; 'Lass', Xabi Alonso, Granero, Kaká; Higuaín y Raúl o Benzema.

Getafe: Ustari; Miguel Torres, "Cata" Díaz, Mario, Mané; Celestini, Boateng o Casquero; Pedro León, Parejo, Gavilán y Soldado.

Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano).

Estadio: Santiago Bernabéu.

Hora: 18:00 (Canal Liga, Gol TV)

El Bernabéu, al igual que sucede en la Plaza de las Ventas, tiene el morro fino. Exquisito, más bien. Tanto en el enjuiciamiento de la cantidad como en el de la calidad. Augurar un recibimiento caluroso sería exagerado. La indiferencia, un bien preciado. Las protestas, un merecimiento. Sin embargo, todo es solucionable. Lo malo que tiene el pasado es que nunca se puede negar. A los jugadores no les queda otra que negarse a otra mala película en su propio recinto. Es algo que le deben a su afición, al escudo que defienden y a su propio orgullo. El mismo al que apelarán en la Copa. Y el mismo que debe recordarles lo que representan para millones de madridistas del mundo.

Para rizar el rizo, el Madrid tendrá enfrente al Getafe. Los azulones comenzaron siendo el equipo simpático y amigo que perdía en Chamartín con comodidad. Sin embargo, los de Ángel Torres, que cada año aparecen con un técnico diferente, se fueron resabiando de tal forma que se han convertido en ese pesado vecino que pone la música hasta tarde, forma jaleo a todas horas y que, además, te birla cuando puede las cosas de tu casa. Si el Madrid y Pellegrini quieren conservar intacto su patrimonio, ningún ladrón puede robar hoy los puntos del Bernabéu. El juicio, no se sabe si final, está servido.