Higuaín, Ronaldo y poco más

El argentino marcó el único tanto del partido (1-0) y el portugués se llevó las mayores ovaciones en su regreso. El Zúrich, un equipo de medio pelo, cumplió con su objetivo, no salir goleado





El cartel no era el mejor. El día tampoco, pues el frío que apadrinó la llegada de los aficionados al Bernabéu no era el mejor de los reclamos para entrar en calor con los jugadores. Tampoco éstos daban sensación de dejárselo todo sobre la hierba para acabar con un equipo, el Zúrich, más parecido a un conjunto de nuestra Segunda División que otra cosa.

Los ojos estaban puestos en el banquillo, donde esperaba impaciente su puesta en escena Cristiano Ronaldo. A falta del portugués, Higuaín y Kaká intentaban despertar las manos de los seguidores merengues. El carioca comenzó con fuerza, aunque ésta le fue abandonando con el paso de los minutos. Aunque como jugador de talla mundial que es, con su clase le sobró para regalarle a Higuaín las llaves de la portería visitante. Un buen pase al hueco del internacional brasileño encontró el desmarque de un Higuaín que continúa su relación con las redes de las porterías contrarias. La pegada blanca volvía a hacer acto de aparición.

POCO ACIERTO

Ficha técnica:


Real Madrid: Casillas, Sergio Ramos, Pepe, Albiol; Arbeloa (Van der Vaart 58’), Lass, Alonso, Kaká (Granero 89’), Marcelo; Raúl (Ronaldo 70’) e Higuaín

Zúrich: Leoni; Stahel, Barmettler, Tihinen, Koch; Aegerter, Rochat, Gajic (Vonlanthen 75’), Djuric (Schonbachler 88’); Margairaz, Alphonse (Mehmedi 85’)

Goles: 1-0 Higuaín (21’)

Árbitro: Alain Harner. Amonestó a Barmettler, Lass, Stahel, Alonso

Estadio: Santiago Bernabéu. Buena entrada (68.000 espectadores).

Y sólo se puede hablar de pegada porque, una vez más, del juego ni rastro. Mucho apelotonamiento de jugadores en el medio, poco uso de las bandas (y bastante flojo cuando lo intentaba) y pocas ocasiones de gol para lo que se esperaba ante un equipo que vino, no ya a puntuar, sino a intentar recibir el menor número de goles posible.

El Madrid, bien es cierto, hacía poco por mostrar las vergüenzas futbolísticas de Leoni. Y eso que se le intuían de lejos. Pero ni por esas. Los blancos entraron en un ritmo cansino y lento que adormiló al público y, por momentos, a los propios jugadores. Parecía que todos estaban esperando el plus Ronaldo para volver a engancharse a un partido que parecía más muerto que dormido.

RONALDO ENCENDIÓ AL PÚBLICO

El Bernabéu volvió a recuperar la sangre con la entrada de su estrella perdida. Ronaldo hizo acto de presencia sobre la hierba y el público le devolvió el cariño que tenía acumulado hacia él desde hacía 56 días. Su primera acción fue un sprint a lo Usain Bolt  que fue jaleado con la mayor de las fuerzas (y alivio) por parte del respetable.

Pese a todo, no podía esperarse que un solo jugador pudiera cambiar el juego de todo un equipo. Y el Madrid siguió jugando a lo mismo, es decir, a nada. Lento, sin ritmo y sin pasión, el Zúrich vivió plácidamente el final del partido, a pesar de que Cristiano volvió a coger la moto en un par de ocasiones e, incluso, a punto estuvo a punto de marcar en un tiro con la zurda que sacó el portero. Volvió Cristiano, sí, pero el Madrid y su juego siguen igual.