Ramos, otra vez en la diana

No es la primera vez que el central sevillano sufre una persecución de este tipo





Y no es la primera vez que el internacional español se ve metido en un embrollo de esta índole. Hace ya un par de temporadas, concretamente en la temporada 2008/09, Sergio Ramos se convirtió en la diana favorita de Eduardo Inda y su diario Marca. Y todo porque el de Camas había concedido una jugosa entrevista al diario de la competencia que dio mucho de que hablar. Los de la Avenida de San Luis, celosos porque no tuvieron el privilegio de poder charlar con el defensor madridista, se dedicaron a partir de entonces a culpar de todos los males del Madrid al jugador: que si no se habla con Raúl, que si comete muchos fallos en defensa, que si el vestuario no le traga, etc...

Con la llegada de Florentino Pérez a la presidencia, y a la vista de que Marca se iba a convertir en el segundo medio de comunicación oficial del equipo blanco, las críticas del citado diario hacia Sergio Ramos desaparecieron de la noche al día. Pasó entonces un año entero en los que Ramos no era protagonista de episodios de este tipo, hasta que unas declaraciones suyas estando concentrado con la Selección Española le volvieron a poner en el ojo del huracán.

Ocurrió en una rueda de prensa previa al partido contra Lituania. En la misma, Sergio Ramos, después de que un periodista le lanzara a Piqué una pregunta en catalán, soltó el siguiente comentario: "Respóndele en andaluz, que parece que tiene problemas para entender el castellano". A raíz de eso, el madridista tuvo que leer descalificativos como intolerante o anticatalán a raiz de esa frase. Pero es que no sólo eso: a través de su twitter Ramos lanzó un mensaje de felicitación a Jorge Lorenzo y Toni Elías por la consecución de sus respectivos campeonatos del mundo de motociclismo, y el hecho de que el de Camas pusiera en su twit la expresión 'Arriba España' fue la excusa perfecta para que le tildaran de facha y franquista.

Pero lo que más ha enrabietado al oprimido pueblo catalán es que Sergio Ramos realizara una brusca entrada al niño mimado de la clase, Lionel Messi. Para ellos, eso ha sido la gota que ha colmado el vaso. Y a partir de ese incidente, y amparándose en las diez tarjetas rojas que ha visto el sevillano a lo largo de su carrera, no han dudado en tildarle de violento, cuando en realidad jamás ha lesionado de forma grave a un jugador. ¿Puyol y Piqué son acaso ejemplos de lo que debe ser juego limpio? Preguntenle a Toni Moral sobre el esguince de tobillo que se hizo a causa de una brutal entrada de Alves. ¿Eso no es juego violento? Basta ya de demagogia, por favor...