Y todo porque el entrenador del Barcelona se dejó llevar por un rumor de un medio de comunicación portugués que aseguraba que Proença sería el árbitro de esta noche para a partir de él dinamitar el partido de esta noche. Sus declaraciones sobre el fuera de juego de Pedro en la final de la Copa del Rey tampoco van a ayudar mucho al estamento arbitral, que van a tener que hilar muy fino en cada decisión si no quieren que el partido se les vaya de las manos por esta salida de tono de Pep Guardiola.
Y fruto de esa presión el designado para este encuentro es Wolfgang Stark, un declarado admirador de Lionel Messi, y un árbitro en cuyo historial tiene un atraco a mano armada contra el Real Madrid. El colegiado alemán, en el partido de ida de octavos de final contra el Olympique de Lyon se comió unas claras manos de Gourcuff dentro del área tras disparo de libre directo de Cristiano Ronaldo. No solo Stark no lo vio, sino que el juez de gol, que estaba a tan solo cinco metros de la jugada, también se hizo el sueco.
Con estos antecedentes, es de entender que el madridismo se eche a temblar al pensar la que puede liar el ‘trencilla’ alemán. Mucho hay en juego esta noche, y habrá que ver si el Stark permite o no el juego agresivo y de contacto de los madridistas de los dos últimos encuentros. Y también habrá que ver en qué condiciones irá el Real Madrid al partido de vuelta del Camp Nou tras la actuación del colegiado, porque hay que recordar que cuatro jugadores (Albiol, Sergio Ramos, Di María y Cristiano Ronaldo) se perderían ese encuentro si vieran una amarilla. En fin, muchas preocupaciones para el colegiado, y todo por la metedura de pata de Guardiola. Para que luego digan de Mourinho que es un agitador…
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