El Real Madrid machacó al Málaga en una primera parte de otro planeta

Cristiano Ronaldo anotó tres goles en 15 minutos en la goleada blanca en Málaga (0-4). La primera parte de los de Mourinho, magistral. Casillas se lució en la segunda.





Desde el inicio se vio que los blancos estaban enchufados. Con mentalidad de partido top, que diría su entrenador. El Málaga se presentaba como alternativa por el título de cara al gran público y salió desplumado como el típico pardillo que se deja engatusar por un trilero de la vieja escuela. Los de Mourinho sólo necesitaron 11 minutos para poner al Málaga en su sitio, es decir, detrás en el marcador. Di María dio un pase medido y el 'pipita' lo puso en el lugar donde lleva haciéndolo los últimos partidos, la red, previo recorte al portero Rubén. Menuda racha la suya.

El dominio de los de Mourinho se hacía cada vez más patente. Sonrojante por momentos. Xabi Alonso mandaba como un profesor en clase de infantiles, Khedira ponía la fuerza de un levantador de pesas y Marcelo desatascaba por su banda convirtiéndose en semi canalizador del fútbol del Madrid. Y además estaba Cristiano. El que no marcaba y estaba en crisis. La típica tontería que luego provoca que el portugués los meta de todos los colores para que más de uno se apropie de un buen esparadrapo para la boquita.

Ficha Técnica

Málaga 0: Rubén, Jesús Gámez, Demichelis, Mathijsen, Eliseu (Monreal 85'), Joaquín (Bounanotte 77'), Toulalan, Apoño, Isco, Cazorla (Fernández 71') y Rondón

Real Madrid 4: Casillas, Arbeloa, Pepe, Ramos, Marcelo; Khedira, Xabi, Di María (Callejón 75'); Kaka (Özil 60'), Ronaldo, Higuaín (Benzema 68')

Goles: 0-1 Higuaín (11'), 0-2 Cristiano (23'), 0-3 Cristiano (28'), 0-4 Cristiano (37')

Árbitro: Mateu Lahoz. Amonestó a Eiseu

Estadio: La Rosaleda. Gran entrada (30.000 espectadores)

CR7 sólo necesitó 14 minutos, los que transcurrieron entre el 23 y el 37 para anotar tres goles como tres soles. Con diferentes virtudes en todos ellos. En el primero sacó el gran rematador que lleva dentro, con un sutil toque con la izquierda. En el segundo mostró su lado más potente, con un latigazo desde fuera del área que se coló junto al palo. Y en el tercero se quitó el sombrero para rematar con la suela de la bota un toque de cabeza de Sergio Ramos. Era el hat trick perfecto de Cristiano, el que mostraba todas sus virtudes de la mejor forma y en menos tiempo. Al Málaga sólo le quedaba mirar y rendirse o rendirse y mirar. El orden de los factores no alteraba el producto.

Tras el toque de corneta del primer acto el Madrid decidió echar el freno. La acumulación de partidos no invitaba tampoco a un excesivo desgaste por lo que el Málaga tuvo la ocasión de lavar su imagen. La misma que había sido maltratada en el primer curso. De esta forma, y sin nada que perder, el cuadro andaluz tuvo la opción de llevarse algún gol a su favor, sin embargo, Casillas también quería redondear su noche con un gran partido. El de Móstoles fue un muro insuperable para un Málaga que se acabó desinflando como un globo con el paso del tiempo sin conseguir el objetivo mínimo, hacer un gol.


Con todo resuelto y el Málaga más manso que en el inicio del segundo acto, el Madrid decidió jugar a las cuatro esquinas. La consigna era clara, riesgos cero. Así las cosas, Özil salió para darle pausa a la pelota y los rondos, con menor profundidad que en el inicio, volvieron a hacer acto de presencia. Fue la fina rúbrica a una de las mejores primeras partes del Madrid en mucho tiempo. Un baile que se esperaba que fuera agarrado y acabó siendo un solitario merengue.