La gran mayoría del mundo del fútbol coincidió el pasado mes de agosto que el clima de tensión entre Madrid y Barça había llegado a un punto que no se debía tolerar. Por ello, tanto Florentino Pérez como Sandro Rosell habrían llegado a una especie de 'pacto secreto' para evitar esta escalada de agresividad entre ambos, con el objetivo de mejorar la imagen de los dos clubes y fomentar sus intereses comunes, centrados en los derechos televisivos.
Así, se entendería mejor que Sandro Rosell no echara más leña al fuego tras las recientes declaraciones de Alves sobre Mourinho. Y también cobraría sentido que el Real Madrid no hubiera dado respuesta a las palabras del propio Rosell tras el último clásico comentando que su equipo le había dado "un baño" a los blancos. En otras circunstancias estas palabras hubieran encontrado respuesta por parte del club merengue, pero esta vez no ocurrió así por el interés que hay de las dos partes de no calentar el ambiente después de varios meses de relajación y cordialidad.
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