"Yo no critico ni comento el apoyo de la grada. Pedir lo hemos pedido, y lo seguiremos haciendo. Hemos sentido apoyo de un grupito de detrás de la portería, y me parece que es bonito y educado agradecer su cariño", explicó Mourinho tras la visita del CSKA a Chamartín, en referencia a sus aplausos dirigidos al fondo sur. El gesto del luso con el grupo ultra no sentó bien en determinados sectores del madridismo, mientras que otros lo entendieron como una llamada de atención al resto de los habituales del estadio.
Apenas tres días más tarde, Mou matizaba sus palabras: "Me quedo con nuestra afición y me quedo con el Bernabéu prácticamente lleno y no critico a nadie. Creo que también es mi trabajo buscar las mejores condiciones de éxito para mi equipos y mis jugadores, y por eso pido apoyo y cariño". No cabe duda de que el llamamiento de Mourinho surtió efecto, y el Bernabéu fue ante el Málaga ese estadio de las grandes ocasiones, lleno hasta la bandera y con la afición animando desde el primer minuto.
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