San Mamés, historia de un acoso y derribo a CR7

El portugués tuvo que sufrir un compendio de faltas y golpes durante el partido





La estrategia era clara: sacar de quicio al portugués con juego subterráneo y sibilino. El partido fue un compendio de pataditas a destiempo, agarrones y empujones contra el Balón de Oro. Algo que el árbitro debería haber frenado desde el primer momento, pero que acabó por multiplicarse ante su increíble pasividad. Cristiano Ronaldo tuvo que sufrir un acoso y derribo durante los casi 75 minutos que estuvo en el campo. Especialmente flagrantes fueron un par de acciones, una en la primera parte en la que una de sus galopadas fue frenada por dos feas faltas que no fueron sancionadas con amarilla; y otra en la segunda mitad en un contragolpe que Herrera cortó agarrándole sin haber balón en juego.

Precisamente Herrera fue uno de los jugadores vascos que no debió acabar el partido, aunque inexplicablemente no vio amarilla en todo el choque. Hasta cinco faltas hizo el joven jugador, incluyendo patadas y agarrones, pero Ayza no vio motivos para sancionarle. Mientras tanto, Cristiano acabó en las duchas a las primeras de cambio por defenderse de las provocaciones de Gurpegi e Iturraspe. Sin duda fue un error del 'crack' luso responder de la forma que lo hizo a los ataques, pero es algo totalmente comprensible si se tiene en cuenta el acoso que sufrió durante todo el partido. Y es que al Athletic le salió estupendamente la estrategia. Esta vez la marrullería le ganó al fútbol.