El fantasma israelí volvió a aparecer

Real Madrid 64-66 Maccabi

El Real Madrid dejó escapar la posibilidad de acabar como primero de su grupo y cedió en casa ante el Maccabi en un apretado final (64-66). Ahora se tendrá que jugar el pase a la Final Four ante el Regal Barcelona con desventaja de campo.

Messina lo había avisado desde que la bocina sonó la semana pasada en Estambul. El de Maccabi era un partido vital y como tal, los jugadores respondieron desde el comienzo. Antes incluso. En contra de lo que suele suceder normalmente, el Madrid salió enchufado desde el inicio. Tanto es así que Maccabi nunca se vio arriba en el marcador. Ni el más mínimo conato de opciones tuvieron los israelíes de conseguirlo. Y es que los blancos apretaron en defensa como si de perros de presa se tratara. La mejor de las firmas de Messina (17-10 min.10).

En contra de lo que se presuponía, el marcador era bajo. Superlativamente bajo. Maccabi se estrellaba una y otra vez contra el muro defensivo madridista y sus posesiones eran más largas de lo habitual. El tempo era del Madrid y eso era decir mucho (31-15 min.18). Llull sacó a pasear su muñeca hasta en tres ocasiones casi consecutivas para devolver el grito de guerra de ‘Llull Llull Llull’ al coso de Carabanchel. Las ventajas eran tan cómodas como sorpresivas. Y es que Maccabi apuntaba a presentar algo más de batalla. Sin confianzas, los blancos veían un poco más cerca su objetivo al descanso (31-21 min.20).

FICHA TÉCNICA.

REAL MADRID 64: Prigioni (10), Tomic (10), Kaukenas (6), Jaric (3)  y Garbajosa (8) --cinco inicial--; Llull (14), Reyes (4), Hansen (9), Velickovic (-), Lavrinovic (-) y Vidal (-).

 MACCABI 66: Wisniewski (-), Eidson (11), Anderson (8), Pnini (-) y Fischer (13) --cinco inicial--; Bluthenthal (13), Green (-), Lasme (11), Limonad (-), Perkins (10) y Sharp (-).

PARCIALES: 17-10, 14-11, 14-15 y 19-30.

ÁRBITROS: Romualdas Brazaukas (LIT), Lázaros Voreadis (GRE) y Sasa Puki (SLO). Eliminaron por acumulación de faltas a Jaric del Real Madrid.

PABELLÓN: Palacio de Vistalegre. 13.900 espectadores.

Con el paso de los partidos y los minutos Messina ha empezado en confiar en la torre que le ficharon para tapar el agujero interior de centímetros que atesoraba el Madrid en relación a los equipos importantes. Ante Tomic no sale ya sólo en el quinteto inicial, sino que dispone de muchos minutos. Tras el paso por vestuarios, el balcánico hizo dos de sus habituales movimientos de espaldas al aro que finalizaron en canasta. D´Or Fischer sufrió al que llaman Gasol del Este. Vistalegre, que sabe de baloncesto, aplaudió con especial ánimo las canastas de su nuevo crack. Con algo más de peso en la zona y fuerza en los brazos, este Tomic puede romper barreras en Europa. Y con él el Madrid, que seguía administrando su ventaja antes de llegar al último cuarto (45-36 min.30).

El Madrid se auto-ejecutó en el último cuarto

Sin embargo, Maccabi no estaba muerto. Ni mucho menos. Los israelíes esperaron agazapados su oportunidad de poderle meter mano al Madrid en el momento en el que los de Messina empezaran a flojear en su aro y en el ajeno. Esa situación llegó. Un par de triples de los visitantes les permitieron situarse a tan sólo cuatro de diferencia (50-46 min.34). Había más partido del que se presuponía antes del descanso. Y todo se complicó más aún cuando el choque se igualó gracias a un triple desde su casa de Bluthenthal (55-55 min.37).

Todo quedaba abierto a que las muñecas de ambos equipos salieran a relucir. Tomic y Llull atinaron para los blancos, pero Eidson también lo hizo y encima de la forma que más dolía, anotando un triple y no sintiéndose acosado por la presión de tener que meter los tiros libres. A falta de 40 segundos, Maccabi estaba arriba como no lo había estado nunca en todo el partido (61-64 min.39). Sin embargo, el baloncesto es un deporte en el que 30 segundos son un mundo y cinco una mini vida. Y esa fue la franja de tiempo que tuvo Hansen para levantarse desde el triple y anotar la igualada. Pero aún quedaban 13 segundos. Fueron fatídicos. Una falta de Hansen le dio dos tiros libres a Anderson que cerraron el partido. El Madrid acabó segundo de su grupo y se medirá al Barcelona por un puesto en la Final Four. El más difícil todavía.



Reportajes DC