Los guerreros blancos se vengaron

El Real Madrid supo sobreponerse a la adversidad de una manera encomiable, remontando siete puntos de diferencia en el marcador al inicio del último cuarto. Los blancos nunca se dieron por vencidos y a base de briega lograron dar la vuelta al resultado y poner el factor cancha a su favor. Los dos primeros cuartos fueron una demostración de la extrema igualad existente entre los dos conjuntos. Los locales se llevaron el primer parcial por un punto, mientras que el Madrid haría lo propio en el segundo dejando al descanso un empate a 40 que hacía presagiar un nuevo final de infarto.

Y, aunque en esta ocasión no fue tan intenso como en el primer encuentro, sí hubo tensión a raudales hasta el pitido final. El Barcelona se aprovechó en el tercer cuarto de la lucidez de Marcelinho y Fran Vázquez, de lo mejor por el lado azulgrana, y logró imponer su ley para lograr la máxima diferencia del partido, establecida en ocho puntos gracias a un parcial de 8-0. Ante Tomic mantuvo al Real Madrid haciéndose grande en la pintura, y los blancos no se descolgaron del encuentro a pesar de que apenas anotaron tres puntos en los siete primeros minutos del tercer parcial.

Lorbek y Vázquez seguían a lo suyo, pero el Madrid no se amilanaba y seguía metiendo ritmo en ataque. Dos triples consecutivos del 'Chacho' volvieron a meter en el encuentro a los blancos, que se ponían 65-62 a falta de cinco minutos de juego. En éstos, los de Laso ajusticiaron desde la línea de tres a un Barcelona que cada vez tuvo más problemas para anotar y que no fue capaz de parar el ataque eléctrico merengue. El parcial de 1-14 del Real Madrid en esos últimos instantes fue incontenible para los culés, que ven la eliminatoria igualada con dos partidos por delante en la capital. El 3-1 es posible. El lunes, próxima parada en el Palacio de los Deportes.

Reportajes DC