La sucia celebración del Binissalem en Valdebebas

Los baleares fueron muy poco deportivos con la afición del Real Madrid

El fútbol fue muy injusto con el Real Madrid C en el partido ante el Binissalem. La derrota por 0-2 del equipo de José Manuel Díaz deja la eliminatoria complicada para los blancos ante un rival, que no sólo llegó a Valdebebas a no jugar al fútbol, sino que desplegó sus más sucias artes durante y después del partido ante el segundo filial del conjunto blanco.

El conjunto balear tenía muy claro lo que iba a hacer ante el Real Madrid y así lo hizo desde el primer minuto de partido: pérdidas de tiempo constantes, fingir lesiones quedándose tendidos en el suelo el tiempo que hiciera falta, volver locos a los recogepelotas para llegar a tener dos balones en su posesión y seguir arañándole tiempo al cronómetro. En definitiva, un equipo experimentado, sí, pero que utilizó los trucos más sucios para volver locos a los chavales del Real Madrid y, de paso, utilizar al árbitro del partido como cómplice, ya que permitió que los baleares camparan a sus anchas durante los 90 minutos de partido.

Sin embargo, la táctica del Binissalem no sólo se centró en ser un equipo poco deportivo durante el partido, también a la finalización del mismo. Y es que varios de sus jugadores aprovecharon el pitido final y, con la excusa de saludar a sus aficionados, para mirar de forma desafiante a los seguidores del Real Madrid e insultar a la parroquia blanca con gestos de chulería y muy poca deportividad. Incluso, gente del cuerpo técnico, intentó reírse de la afición blanca haciendo gestos con las manos para provocar a la grada, en un claro ejemplo de no haber sabido ganar un partido que no merecieron ganar ni por lo que hicieron dentro, ni tampoco por lo que demostraron fuera del terreno de juego.



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