El Chelsea, un grano en los culés

Un gol de Drogba le pone muy cuesta arriba la eliminatoria al equipo de Pep Guardiola

El fútbol no es una ciencia exacta. Por eso, hay veces que no gana el que más ocasiones crea. Esto es algo que el Barcelona descubrió anoche en Stanford Bridge ante el Chelsea, claudicando ante un rival (1-0) que fue más inteligente que ellos y que supo aprovechar una de las dos ocasiones claras que tuvo en todo el partido. De nada le sirvió al conjunto catalán haber tenido mucho más el balón y haber generado mucho peligro, porque la realidad actual es que, a estas alturas, es el equipo de los cuatro semifinalistas que lo tiene más complicado para estar en la final de Múnich.

 

En los medios barcelonistas se las prometían muy felices. Tanto que en sus portadas del miércoles minusvaloraban el partido de su equipo y preferían darle importancia a la derrota del Madrid en Múnich. "Palo al Madrid" o "Un Madrid de pena" eran algunas de las lindezas que le dedicaban a los blancos por caer en el último minuto ante un rival con cuatro Copas de Europa en su palmarés y al máximo nivel en el fútbol internacional. 

Pero pecaron de soberbia y prepotencia, porque 'su' Barcelona se estrelló anoche con el muro londinense. Sin el noruego Ovrebo, el equipo de Guardiola no encontró el camino para superar a Cech. Alexis se chocaba con el larguero en la primera parte, mientras que a Cesc le sacaban un balón bajo palos en el último instante. Messi no terminaba de encontrar su camino hacia el gol y el Barça sufría a domicilio. Como ante el Levante, como ante el Atlético de Madrid o como en Pamplona. En la Ciudad Condal no se quieren dar cuenta de que éste es el peor Barça de los últimos cuatro años y de que, donde antes arrasaba, ahora sufre.

Por eso un contragolpe del Chelsea les dejó pasmados. Una absurda pérdida de balón de Messi en el centro del campo acabó en un cambio de juego de Lampard, quien cedió para la galopada de Ramires por la izquierda. Su centro lo remató Drogba a la red al filo del descanso, echando un jarro de agua fría sobre los culés. Hacía 14 meses que no se veían en una de estas y encima, pasaba en las semifinales de la Liga de Campeones.

La segunda parte siguió el mismo guión. Con el Barcelona durmiendo la pelota y llegando con peligro de vez en cuando. Pero el balón no quiso entrar esta vez, por una ocasión en mucho tiempo a Guardiola se le había marchitado la flor. Ni siquiera un cabezazo de Puyol ni un disparo de Pedro con el partido expirando conseguían meterse entre los tres palos. El Barcelona perdía y se iba sin marcar de Londres. Todo un drama que deberá solucionar el próximo martes si quiere estar en Múnich y una cura de humildad para los que se pensaban que esto iba a ser un paseo con la colaboración del árbitro de turno. Un doloroso grano en los culés justo antes de los dos partidos de la temporada en los que estan obligados a ganar si no quieren fracasar esta temporada.



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