El nuevo Barça gana en los despachos

El club catalán ha conseguido con sus presiones que la RFEF le obligue a dimitir

El FC Barcelona ya ha conseguido uno de sus propósitos más inmediatos para la nueva temporada. Los culés empezarán el curso ganando en los despachos, ya que en el Camp Nou se considera una victoria la decisión tomada por la RFEF en cuanto a Alfredo Flórez, ex juez único del Comité de Competición. Ángel María Villar relegó el sábado de su cargo al presidente del Comité por las presiones de Rosell y compañía tras las polémicas suscitadas la pasada temporada por incidentes en los clásicos.

 

La Federación Española de Fútbol ha cedido por enésima vez a las presiones llegadas desde la ciudad condal. El FC Barcelona se ha salido con la suya, y Ángel María Villar decidió eliminar a Alfredo Flórez de su cargo en el Comité de Competición después de lo ocurrido el pasado curso. En Can Barça se tomaron como una ofensa que Mourinho recibiera dos partidos de sanción por el incidente con Vilanova, al igual que se puso el grito en el cielo por lo ocurrido entre Pepe y Messi. Dos decisiones que a la postres le han supuesto a Flórez decir adiós al comité tras ocho años en el cargo.

El sustituto de Flórez será Francisco Rubio Sánchez, catedrático de Derecho del Trabajo que lleva varios años trabajando en la RFEF. Una imposición a dedo que relega a Alfredo Flórez a asesor personal de Ángel María Villar, presidente del órgano federativo. La mano de Rosell está metida en todo este asunto, después de que el FC Barcelona mantuviera el pasado curso un pulso con el máximo organismo de nuestro fútbol. De hecho, el propio Flórez reconoció a una radio catalana que se marcha del cargo en contra de su voluntad.

El Barcelona llevaba tiempo solicitando esta medida, y por fin ha conseguido un Comité de Competición a la altura de sus expectativas. El Villarato ya ha comenzado de cara a la nueva temporada. Una Liga como la pasada no se puede consentir. Mientras el madridismo sigue esperando el cierre del Camp Nou, la RFEF se preocupa más de satisfacer las exigencias azulgrana. Sin duda, será un año duro para el madridismo, que se deberá imponer por encima de los rivales y de los factores externos.



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