La final de la Champions deja ahora una noticia triste

Han pasado dos semanas desde que el Real Madrid levantase la Duodécima Champions en Cardiff, pero hubo mucho más aparte de la felicidad madridista. En el bando rival, la Juventus no sólo lloraba por perder una final, sino por lo que acababa de suceder en la Plaza San Carlo de la ciudad, lugar de congregación de la afición para seguir el partido.

Alrededor de 30.000 personas se dieron cita para ver en una pantalla gigante la final pero hubo un momento donde cundió el pánico entre los asistentes cuando se originó una estampida de aficionados debido a una falsa amenaza de bomba. En torno a 1.500 personas resultaron heridas aquella noche en la que intentaban salir a toda prisa de la plaza, la mayoría de ellas con heridas leves a excepción de un niño de 7 años quién estuvo en coma durante más de una semana, afortunadamente evoluciona de forma favorable. Desgraciadamente, una aficionada de 38 años llamada Erika Pioletti, no corrió la misma suerte ya que debido a las heridas que sufrió en la estampida, falleció el pasado jueves. Inmediatamente el club ha emitido un comunicado donde lamenta la pérdida de esta aficionada: "Juventus Football Club quiere expresar sus sinceras condolencias por la muerte de Erika. Los acontecimientos tuvieron lugar en Turín y las víctimas de aquella tragedia del 3 de junio 

La policía sigue investigando quiénes fueron los autores de la provocación de la estampida y a raíz de este fallecimiento, el jefe del Partido Demócrata, Matteo Renzi ha declarado que: "Lo que ha ocurrido caerá sobre aquellos que sean directa o indirectamente responsables". Por su parte la alcaldesa de Turín, Chiara Appendino ha decretado un día de luto oficial por la reciente pérdida de Erika Pioletti.

Reportajes DC