Los socios culés, hartos de Laporta

La gestión de las entradas para la final de Champions le puede salir cara a Juan

Los socios del Barcelona están que trinan. No son pocos los que han remitido diversos escritos a la Oficina de Atención al Barcelonista (OAB) quejándose por el tema de la asignación de entradas para la final de la Liga de Campeones. La Directiva lo tiene claro: pasa de todas esas quejas y no piensa responderlas. Laporta y los suyos saben que tienen la sartén por el mango, de ahí que se vean con la fuerza necesaria como para reformular el tema según les convenga. Un escándalo.

El desbarajuste organizado por Laporta ha llevado implícito un cambio sustancial en el tema de las entradas. Y es que su Junta decidió cambiar la idea original de mantener el nombre del agraciado con la localidad para Roma para que el titular de la misma la pueda poner a nombre de otro socio o de un familiar, aunque no sea socio.

Este cambio de rumbo en la nominalización de las entradas ha generado un aumento en las dudas de los socios catalanes. Este giro copernicano abastece, fundamentalmente, a la reventa y, sobre todo, permite a la directiva cambiar el nombre de las entradas que ellos mismos “gestionan” a sus contactos y allegados. Además, existe la posibilidad de que el Barcelona haya pedido a la UEFA que una parte de las localidades asignadas al club catalán no lleven consigo el chip correspondiente al nombre de la persona que las compró. Si esto fuera cierto, la opción de revenderlas, regalarlas o intercambiarlas cobraría una dimensión tan grande como la falta de moralidad que adquiriría una Junta a quien persigue la sospecha constantemente.



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