El clásico pinta más a blanco que a azulgrana
"Si tuviera que apostar por un resultado lo haría por el 3-1 o el 4-2. Y es que aunque cuente con un día menos de descanso que su rival, la exhibición de Liverpool es un caramelo demasiado apetitoso como para pasarlo por alto"
Puede pasar de todo, pero veo favorito al Real Madrid. Con esta frase resumiría un servidor lo que espera del partido de este sábado entre los blancos y el Barcelona. Es cierto que puede no ser muy original, pero el momento de unos y otros lo que invita es a ver el partido y a analizar los duelos entre unos y otros, porque el duelo colectivo tiene dentro de sí una pila de ‘partidos’ individuales más que interesantes.
De momento no voy a hablar del árbitro. No es Undiano, que fue el encargado de cargarse al Madrid en el clásico del año pasado en el Bernabéu, con expulsión de Sergio Ramos injusta y penalti señalado a favor de los culés tras arrancada en fuera de juego. Veremos si a eso de las 20.00 hay que mencionar al señor Gil Manzano o no.
Lo que sí tengo claro es que es prácticamente imposible que el Real Madrid no marque gol. Creo que sería algo tan remoto que si tuviera que jugarme algo en este partido por lo último por lo que apostaría es porque el Real Madrid no va a ‘mojar’. Es cierto que los catalanes llegan al Bernabéu sin encajar goles ligueros, pero no lo es menos que en el único partido medio serio que ha jugado el Barcelona hasta la fecha el PSG le derrotó haciéndole tres goles. Con todos los respetos, en el Real Madrid juegan unos tipos llamados Cristiano Ronaldo, Benzema, Isco, James o Bale (aunque está casi descartado) que no son ni la delantera del Rayo, del Granada o del Ajax.
A día de hoy, si tuviera que apostar por un resultado lo haría por el 3-1 o el 4-2. Siempre a favor del Real Madrid. Y es que aunque cuente con un día menos de descanso que su rival, la exhibición de Liverpool es un caramelo demasiado apetitoso como para no darle el papel de favorito al equipo de Ancelotti. Este sábado saldremos de dudas.
Reportajes DC
Fede Valverde es puro ADN madridista: el brazalete le está esperando y el uruguayo cumplirá su sueño
