Ecuación equivocada

El debate es ganar o espectáculo. Desde la etapa de Ramón Mendoza en la presidencia blanca, en la que se cargó a Radomir Antic siendo líder aventajado, hasta la de Ramón Calderón, que dio un puntapié a Capello tras ganar la Liga, la calle discute qué prefiere. El motivo es que el Real Madrid es tan grande que no valen medias tintas.

Es cierto que con Juande es mejor irse al cine que a ver al Madrid, porque ya se sabe lo que va a ocurrir. Los seis triunfos consecutivos cortados por el mismo patrón delatan el carril tomado: ganar por encima de todo; el espectáculo que lo den otros. Y claro, los hay que se apuntan a ganar aunque sea en el tiempo de descuento y de penalti y los que prefieren un Madrid ‘ashusterizado’; o sea, que gane 3-2 ó 4-3 después de remontar varias veces.

Yo me apunto a las dos versiones, pero sí me molesta que Juande acartone a 12 ó 14 jugadores y se centre en un once tipo. Podría abrir el abanico, sobre todo cuando juega en casa y asumir algún que otro riesgo. El motivo es el ofrecido antes, el Real Madrid es tan grande que no valen medias tintas y menos en casa donde tiene la obligación de arrollar al rival.

Lo que está haciendo Juande tiene un mérito importante, pero no quita que mine poco a poco la paciencia de los madridistas, que acabarán por irse al cine, que ya verán el golito en la tele. Y eso, amigo Juande, es un lujo muy caro en un Real Madrid cuyas exigencias son máximas. Además de ganar debe gustar como gana. Y este Madrid gana pero no gusta. Una ecuación equivocada tratándose del club más laureado del fútbol español.
 



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