Nadie dijo que fuera a ser fácil
La jornada post Champions arrancó con la goleada del Liverpool en campo del Manchester. Un bálsamo en la herida blanca. Si al campeón de Europa le hizo otros cuatro el equipo de Benítez es que tiene miga. O se le cruzó al Madrid, y al Manchester, en el mejor momento de la temporada.
Eso fue el sábado a mediodía. Cerca de la medianoche el Madrid goleó en Bilbao. Fue un partido demasiado áspero que inclinó la pegada del Madrid y sin duda la expulsión de Yeste. Me asombran ciertos comentarios: acusan más a Casillas de echarle teatro a la acción que a Yeste, que fue quien organizó todo el lío y justamente después de que su equipo acortara distancias con el autogol de Heinze. Misterios de nuestro fútbol.
Acostumbra a pasar que un partido que se calienta mucho acaba mal, con muchas hogueras. El arbitraje de Muñiz fue malo para todos. Hubo dos penalties, uno en cada área. Si Ocio hubiese sido expulsado también, no habría sido precisamente injusto. El Madrid aguantó el tipo y se llevó una gran victoria; el Athletic plantearía el juego de otra manera si pudiera repetirse el partido. Sobre todo Yeste.