¿Fin al eterno debate?

En teoría, la elección del tercer o el cuarto delantero de un equipo debería ser un tema menor. Pero claro, si uno de los posibles candidatos a ese puesto es Raúl González, el asunto pasa a ser de Estado. Lo primero que hay que hacer al referirnos al ‘7’ es ponernos de pie. Su trayectoria está ahí y es incuestionable. Después, hay que ser realista y tras olisquear e intentar acercarme a los protagonistas de la ‘peli’, he llegado a la conclusión de que sólo hay una posibilidad de que Raúl vuelva a enfundarse la Roja: que siga manteniendo su promedio goleador en el Real Madrid y que Torres y Villa estén lesionados o sancionados para un partido.

Desde que Vicente del Bosque fue nombrado seleccionador (en julio de 2008), no había tenido que lidiar con el ‘tema Raúl’. Mientras que era una pregunta obligada con Luis Aragonés, el salmantino sólo se sintió acorralado en sus primeras semanas en el cargo. Del Bosque toreó con soltura y con mano izquierda: “Raúl no tiene cerradas las puertas de la selección”, manifestó el día de su presentación. A partir de ahí, se consideraron ‘normales’ las ausencias de Raúl en las cinco primeras listas que dio el seleccionador.

Pero el agua del río, que apenas le había llegado a la cintura a Del Bosque, comenzó a subir. Raúl marcó 7 goles en 5 jornadas de Liga, Villa se lesionó en la rodilla y Güiza comenzó a pedir a gritos su ausencia en la convocatoria por dos motivos: uno deportivo (sólo 4 goles en el Fenerbahce) y otro extradeportivo (un supuesto grave acto de indisciplina durante la concentración de la selección en Sevilla). El debate se reabrió y Del Bosque tuvo que sacar el capote a pasear. ¿Güiza, Negredo, Raúl o convocar sólo a tres delanteros (Torres, Villa y Llorente) y tirar con Iniesta y Silva como posibles mediapuntas? Al final, utilizó el ‘comodín de la llamada’, no se complicó la vida y llamó a Güiza. Que conste que la decisión fue del propio Del Bosque, que creyó la versión que el jerezano le dio esta semana por teléfono a Fernando Hierro, más partidario de castigar al delantero: “En mi habitación sólo entró mi hijo”, le aseguró.

Raúl, en un gesto de humildad que le honra, ha manifestado que estaría dispuesto a volver a la selección incluso como “tercer o cuarto delantero”. El problema es que Del Bosque no le ve como suplente y que el grupo no termina de digerir bien el posible regreso del capitán madridista. Mientras Villa y Torres estén disponibles, no hay más vuelta de hoja. Ya han pasado 30 meses (2 años y medio) desde que Raúl defendió por última vez la camiseta de España: fue en Belfast contra Irlanda del Norte en una noche para olvidar.

Si les parece injusta su ausencia, sólo les pido una cosa a los Raulistas: respeten a Del Bosque y a la selección española. Llevamos 29 partidos sin perder y por primera vez estamos en disposición de ganar un Mundial. No estropeen este momento. Somos la envidia de medio mundo y por encima de filias y fobias, está la selección. Les aseguro que si España gana la final en Sudáfrica, Raúl será el primero en alegrarse.  

 



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