Puertas abiertas a Guti

Es uno de los capitanes del equipo, un supuesto ejemplo para el resto y un icono de esos que siempre quedarán en la memoria de todo hincha madridista. Allí, en la retina de quienes vibraron con sus pases milimétricos, de sus asistencias oportunas o de una magia que por momentos desatascaba partidos tremendamente cerrados, siempre habrá un hueco memorable para Guti. Desgraciadamente, y no sólo por su acto de rebeldía en Málaga, ese hueco jamás ocultará sus constantes desafíos con técnicos y jefes a los que tuvo como mentores, justo lo que él no es capaz de hacer con los que le ven como una estrella.

El de Torrejón conoce como pocos la institución pues llegó con 9 añitos a la antigua Ciudad Deportiva, aquella donde salieron estrellas mediáticas, cracks mundiales y algunos que, como en su caso, tenían muchísima más profesionalidad. Sin embargo, como todos aquellos magos incorregibles, el carácter exaltado del 14 blanco nunca se frenó, jamás encontró un tirón de orejas a la medida de su ego, de su maltrecha mentalidad de líder que siempre (como ya dijo Calderón), quedará para el recuerdo como la eterna-promesa.

Su última salida de tono responde a una razón lógica y respetuosa desde la actitud de todo trabajador que se ve en la sombra cuando ansiaba el foco estelar. Su alter ego siempre le persiguió y erróneamente remató para mal una carrera que apuntaba muy altas metas. El reclamo de la selección se quedó en el camino, aquellos que le defendían por su creatividad quedaron sin razón y la masa social, respetuosa por sus incontestables años de defensa hacia un sentimiento que todos compartimos, quiere despedirle con honores y sin tener que acudir al trastero del Santiago Bernabéu para darle el último adiós.

Sin hueco con Juande, limitado a terminar la campaña como un suplente más y a sus nada despreciables 32 años, Guti sabe que la aventura lejos de Chamartín (que a veces estuvo cerca), está al borde de la esquina aunque será él quien tenga que decidirse. Dólares americanos, petrodólares árabes o relax madrileño hasta colgar unas botas con magia frenadas por una cabecita descentrada. Un nuevo crack rebelde para la lista.



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