Juande y su querida manta

Son ya varias las ocasiones en las que viendo un partido del Real Madrid casi me quedo dormido. El choque ante el Valladolid de ayer no fue una excepción. Es más, rizó el rizo de los aburrimientos. Y es que ver al Real Madrid de Juande te asegura triunfos, que está bien, pero no te priva de echar una cabezada a modo de siesta.

Por si esto fuera poco, vengo comprobando en el entrenador manchego una cierta obsesión por sustituir a Huntelaar. A mi entender desmedida. Como si la tablilla luminosa no encontrara nunca el dorsal siete, el 19 siempre aparece en color rojo cuando se aproxima el cuarto de hora de la segunda parte. A veces pienso que Huntelaar juega por imposición de sus números pero que no termina de convencer a Juande como así demuestra los cambios que lleva a cabo (y los que no hace) a lo largo de los partidos.

Lo que no se puede concebir en un equipo como el Real Madrid es quitar al delantero centro jugando en casa y ganando, únicamente, por 1-0. Menos aún cuando el que le sustituye es un medio centro ¿Cómo no se va a aburrir la gente? ¿Cómo no va a pitar el Bernabéu? Y que conste que creo que un entrenador en el Real Madrid pinta muy poco,  porque la autogestión del vestuario viene en nómina de aquellos que coleccionan millones de euros como si de sellos de los posguerra se tratara. Eso sí, en el tema del juego y si la manta tira siempre para atrás...mal vamos.



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