Pues perdió el Madrid

Mis dotes de pitonisa sufrieron el sábado un serio revolcón. Ganó el Barça y no el Madrid como había pronosticado. Es más bonito el riesgo y pegártela que meterte en la ducha con chubasquero. Vi el partido a pedazos, pues andaba por Villarreal con laSexta. Pero tuve tiempo para percibir algo seguramente fundamental: el Madrid hizo lo soñado, que era adelantarse en el marcador, y perdió el partido en dos minutos, en dos acciones desafortunadas de sus defensas. Lo que vino después, un 1-4 parcial, fue un paseo para los azulgrana.

Abrumado seguramente el Madrid por todo eso del estilo y de la obligación de jugar bien sobre todo en el Bernabéu no hizo lo que debía: echarse un pelo para atrás, cerrar espacios a los pases del sublime Xavi, jugar de la manera que puede hacerlo ahora y más ante un equipo técnicamente tan superior. Porque vendrán tiempos mejores y porque, acudan a la sala de trofeos, nadie en el mundo ha jugado tan bien al fútbol como el Madrid. Que por un tiempo, éste, jugara de otra manera, como un equipo pequeño le dirían algunos, era no sólo lo conveniente sino el único camino para ganar el partido vital.

Pasó lo que pasó y pasó que el Barça se paseó. Felicitémosle como se merece en el convencimiento de que ha sido el mejor equipo del campeonato al que sólo el peso de la camiseta blanca le llevó a jugársela a cuatro jornadas del final. El mismísimo Rexach admite que si esto fuera al revés, el Madrid le sacaría 30 puntos al Barça. Como el año pasado fueron 18, no debe andar el hombre muy desencaminado. El Barça, a festejar; el Madrid, a rearmarse. O sea: ven pronto, Florentino.



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