Me gusta Wenger

Un señor que me pilla muy de cerca me llamó nada más acabar el Mallorca-Barça. "Fíjate", me dijo. "Ha sido volver Florentino y ya palma el Barça". Fue menos de medio Barça, claro. Pero es curioso comprobar cómo excita Florentino al personal. Su presentación dejó en un segundo lugar el título de Copa del Barça... y la Liga la ganó en bata y zapatillas porque el Madrid perdió en Villarreal. Quiero decir con ello que el gran mano a mano que viene, el florentinismo contra el considerado mejor equipo del mundo (lo será si gana la final al Manchester, pues si lo hacen estos el 'título' será suyo) se empieza a jugar ya. No se acabó esta temporada, el Barça festeja legítimamente sus éxitos y el madridismo se relame pensando en que pronto todo esto sera otra historia.

¿Y lo será? Por intentarlo, seguro. El fútbol no admite certeza alguna; a menudo lo que parece blanco es negro y al revés. Pero el proyecto blanco es bueno. El hombre elegido para capitanearlo en el campo es Arsène Wenger y me da que esta vez sí aceptará la oferta madridista. Un excelente entrenador que supo ser campeón cuando tuvo un gran equipo (aquel de Bergkamp, Pires y el mejor Henry) y ha competido dignísmanente cuando le cerraron el grifo (el dinero se fue para el nuevo estadio Emirates) como confirma la presencia del Baby Arsenal en la semifinal de la Champions.

Me gusta Wenger y me gustan los refuerzos que suenan para el nuevo Madrid. El Barça será el mismo, no irá a peor, nada indica que así vaya a ser. Será este Barça imponente contra un Madrid infinitamente mejor. Lo que corresponde.



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