Yo también soñaba que ganaba el Mundial

Once de julio de 2010. Empiezo con una fecha igual que hice cuando España pasó a la gran final del Mundial. Y es que si el día que se ganaron las semifinales ya era histórico, lo que ha pasado después de los 120 minutos de la final no tiene nombre. Histórico, glorioso, irrepetible, maravilloso, emocionante… ¡buf! ¡Y es que España es Campeona del Mundo de fútbol!

Algunos llevaban esperando apenas unos días, otros cuatro años, y la gran mayoría llevaban toda una vida esperando a que esto sucediera. Es más, nada más acabar el partido me llegó un mensaje de un amigo que decía: “Es el día más feliz de mi vida”. ¡Ahí es nada! No sé si podría decir que es el más grande en mi vida, seguramente sí uno de los más grandes, y sin duda el más maravilloso en mi carrera periodística. Y es que a pesar de todas las dificultades y de que Defensa Central no sea precisamente un imperio de las comunicaciones, es todo un orgullo poder formar parte de historias como éstas desde mi humilde posición.

Y es que he de confesar que alguna vez había soñado con tener esa copa en las manos. Y no es una frase hecha, sino un sueño literalmente. Y al vivir ese golazo de Iniesta, y esa secuencia de Casillas levantando el trofeo reconozco también que alguna lágrima de emoción sí que se me escapó. Bueno, y al escuchar las declaraciones en la radio ya de madrugada, y al día siguiente al ver las repeticiones, y al ver a la gente celebrándolo por las calles de Madrid… pero afortunadamente, creo que no debo arrepentirme de ello porque no soy el único. El fútbol ha vuelto a romper una vez más todas las barreras. Y ahí están un millón de personas celebrándolo por las calles de la capital española y el hecho de que la final sea la emisión más vista de la historia de la televisión que lo certifican. ¡Qué inmensa alegría ser campeones del mundo! Felicidades a todos, y gracias infinitas a esa gloriosa selección española.



Reportajes DC