Mourinho cumple con su palabra

Apenas lleva dos días entrenando con el primer equipo del Real Madrid, pero José Mourinho ya ha dado sobradas muestras de lo que se esperaba de él. Se pretendía que “agitara” un poco el club -como alguno de los directivos me explicaba textualmente nada más destituir a Pellegrini-, y ha revolucionado Valdebebas con su método de trabajo y su meticulosidad a la hora de preparar los entrenamientos. Se suspiraba también porque por fin se contara con la cantera, y al primer día subió a ocho canteranos nada menos (es cierto que era poco menos que necesario al contar con sólo diez jugadores del primer equipo, pero me cuentan que no han sido elegidos al azar, y que ha participado activamente del proceso de selección junto a los hombres fuertes de La Fábrica).

Es cierto que sólo lleva un par de días y aún no se puede valorar los cambios que se esperan en el propio equipo y en el fútbol que practica, pero creo que habría que destacar otro aspecto más aparte de lo visto en los entrenamientos. Y es su particular visión para los fichajes. En su presentación dijo que no pensaba hablar de jugadores porque eso supondría un incremento en su precio de traspaso, y que no quería nombres sino hombres. No quería estrellas por acumular ‘cracks’ simplemente, sino jugadores que pudieran ser efectivos para el esquema táctico que tenía en la cabeza. Y ha cumplido con su palabra.

Primero con el fichaje de Pedro León, pero por lo visto en algunos medios de comunicación, no parece dispuesto a bajarse ni un milímetro los pantalones frente a los carroñeros que reciben al Real Madrid. Y eso a pesar de que no es nada fácil en un club como el madridista. Si piden 35 millones por Maicon, se busca otro. Si piden 20 por Kolarov, ya habrá otro lateral. Si el Liverpool se empeña en pedir 50 por Gerrard o el Sevilla 60 por Jesús Navas, se piensa en alternativas. Es probable que los nombres de Amauri, Mario Gómez, o Thiago Silva no despierten tanta ilusión entre el madridismo, pero creo que durante su carrera Mourinho se ha ganado el derecho a que se confíe en él a la hora de construir un equipo. Y así de paso, si este verano no se hacen desembolsos exagerados como en los últimos dos lustros al menos, es probable que el próximo año los clubes se lo piensen más a la hora de subirse a una parra para rechazar las ofertas merengues.



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