Retroceder nunca, rendirse jamás

La fe de 'El Fideo' al intentar arrebatarle el balón a Valdés tuvo su premio y la Supercopa se mantiene en juego

Cuando llegó el gol de Xavi Hernández el pasado jueves  cundió el pesimismo en mí. Creí que la eliminatoria estaba perdida y que la Supercopa regresaría un año más a las vitrinas culés. Después con la jugada de pillo trabajador de Di María recobré la ilusión y recordé el título de una famosa película de acción de los 80: Retroceder nunca, rendirse jamás.     

Aquella cinta, muy deudora de su época hizo las delicias de los niños de principios de los 90 que disfrutaban con las películas de artes marciales. Hacía hincapié en la importancia de no rendirse nunca, de buscar la oportunidad frente a cualquier adversidad y de no bajar los brazos ante las dificultades por complicadas que parezcan.

Obviamente, no pasará a la historia por su calidad cinematográfica , pero sí por promocionar un espiíritu de lucha del que hizo gala el Real Madrid el pasado jueves. Cuando muchos hablaban de otra Supercopa para los culés, una soberbia parada de Casillas se convirtió en una ocasión blanca y en la oportunidad de Di María para demostrar que nunca se rinde y que siempre está dispuesto a pelear por un balón por complicado que parezca.

El centrocampista argentino supo aprovecharse del exceso de confianza de Víctor Valdés y le arrebató la pelota cuando menos se esperaba. La fe de 'el Fideo' tuvo su premio. Gracias a esa jugada, ejemplo de la voluntad de hierro del Real Madrid y del mensaje que quiere dejar la película de la que les he hablado antes , la Supercopa sigue en juego  y el conjunto entrenado por José Mourinho tiene serias posibilidades de hacerse con ella. Ya saben, por muy grande que sea el enemigo y por muy difíciles que sean las circunstancias, jamás se den por vencidos.  

 

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