El adiós de Casillas, mucho más complejo de lo esperado

Tanto el Real Madrid como Iker Casillas tenían la esperanza de haber podido solucionar sus diferencias rápidamente para facilitar la salida del portero al Oporto. Sin embargo, la operación se enquistó en extremo en la tarde del jueves y estuvo a punto de no llevarse a cabo, aunque por fortuna todo se volvió a encarrillar el viernes por la mañana. Ha sido indudablemente un episodio bastante desagradable para el madridismo que podría haberse evitado de haber existido mayor flexibilidad por las dos partes y que va a provocar que el capitán se marche sin tener el homenaje que se ganó durante sus 25 años de dedicación al club.



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