Messi

Es un jugador desequilibrante y brillante por momentos, pero también un llorón. El argentino tiene una facilidad innata para dejarse llevar por las quejas cuando él, que suele tener un juego proclive a sufrir faltas, es constantemente favorecido por 'faltitas'. "Habrá que hablar de los árbitros para que no hagan lo que quieran", dijo un Messi que, como todos en Barcelona, han puesto el cagómetro en cuenta atrás.



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