No diga Barça, diga Calimero

Los genes son eternos. Y la idiosincrasia del Barça es la de equipo perdedor. Y es que, tras el triunfo de España en el Mundial (no del Barça, de España), los de Barcelona se creen el ombligo del mundo. Una actitud que no hace más que demostrar la idiosincrasia perdedora de este club.



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