¿Por qué no 'rajó' más el Madrid tras el robo en Barcelona?

Los jugadores blancos se mordieron la lengua y no fueron tan agresivos con el nefasto arbitraje de Clos Gómez pensando en el futuro.

A pesar de que el gol postrero de Sergio Ramos apaciguó un poco los ánimos de los jugadores y directivos del Real Madrid, lo cierto es que la expedición madridista que volvió de Barcelona con destino a la capital de España se marchó con mal sabor de boca ¿Por qué? El robo arbitral que había sufrido el equipo de Zidane fue descarado.

Los jugadores del equipo blanco mostraron su enfado en el interior del vestuario. Hubo quejas muy importantes por el penalti sobre Lucas Vázquez, la jugada que en el Madrid entienden que fue la más clara, la más evidente y la que hubiera podido cambiar el partido por completo ya que se produjo a los tres minutos de partido.

La consigna dentro del vestuario del Real Madrid fue no ‘rajar’ a tumba abierta contra el árbitro. En el club blanco no gustó desde el primer momento la designación de Clos Gómez, pero han preferido no destapar la caja de los truenos contra el arbitraje porque podría haber más ‘Closes Gómez’ por el camino a lo largo de la temporada. El gol de Ramos tapó lo que a buen seguro hubieran sido críticas más notorias hacia la nefasta actuación del colegiado del clásico.

El enfado del Real Madrid era tan evidente que hasta Emilio Butragueño, que tiene por costumbre no decir nada de los árbitros, tuvo que levantar la voz después del partido para reclamar la injusticia que se había cometido con el penalti no señalado sobre Lucas Vázquez. Como 'club', el Real Madrid, en boca del 'buitre', mostró su queja. Lucas reconoció que hubo penalti de Mascherano, pero no se ensañó en sus quejas. La consigna de no rajar más de la cuenta desde el vestuario era clara. 

Lo más penoso del asunto es que sólo medios como Defensa Central o Marca han tenido narices a decir la verdad y han denunciado el escandaloso arbitraje de Clos Gómez en contra del Real Madrid. No por estar advertidos del robo de cartera debíamos callarnos. El vestuario del Madrid juró en arameo tras el partido de puertas para dentro. Después del atraco recibido no era para menos ¡Qué vergüenza!



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