En el vestuario se celebró con grandeza la Supercopa... y sin olvidar lo que viene

El equipo toma este triunfo como una motivación para cuajar una temporada histórica

El triunfo en la Supercopa de España ha dado el impulso que necesitaba al Real Madrid para terminar de creerse que esta puede ser una temporada histórica. El vestuario celebró por todo lo alto el nuevo título y encara el resto del curso con la ilusión de acompañarlo con más trofeos.

La Supercopa de España puede que sea un título menor, pero no por eso hay que dejar de celebrarla. Sobre todo también por cómo se ha conseguido: humillando por quinta vez consecutiva al Barcelona y derrotando a los vigentes campeones, el Athletic, en la final. Los blancos fueron claramente superiores en los dos partidos y esto han inflado de moral a la plantilla de cara a lo que resta de temporada. El objetivo es claro, seguir sumando títulos.

ADN madridista

El vestuario del Real Madrid después de la final fue una fiesta absoluta, con canticos, música y bromas entre los felices jugadores. La esencia del madridismo está en la victoria y los jugadores saben que no hay nada que le guste más a la afición que celebrar títulos. Por eso, quieren que este sea el primero que festejan de varios esta temporada.

Entre los cánticos y felicitaciones, varios jugadores alzaron la voz para destacar que ahora viene el tramo decisivo de la temporada, en el que se deciden los títulos que de verdad importan. El equipo marcha viento en popa pero no quieren levantar el pie del acelerador ahora que han cogido carrerilla.

A por el poker

El Real Madrid es el único español que opta al póker de títulos esta temporada (Supercopa de España, Liga, Copa del Rey y Champions League). Vivos y con opciones en todas las competiciones, la plantilla no se pone techo este año y sueña con llenar las vitrinas del Bernabéu.

De momento, LaLiga está bastante encarrilada, con el Sevilla como único aspirante con opciones de pelarle el título a los de Ancelotti. La Copa es siempre una incógnita y la Champions es el desafío más grande. El Madrid no descarta nada y aspira a una temporada histórica. Tal y como marca su filosofía: ganar y después preguntar.



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