Una semana de dinámicas opuestas

El Madrid llega tras arrollar y con la moral renovada

El gran derbi del fútbol español ha dado un vuelto significativo en los últimos días. El pasado domingo, tras la jornada liguera, la clasificación se estiró hasta los nueve puntos de diferencia, lo que generó el optimismo radiante que se respira en la ciudad condal. Sin embargo, el fútbol crea opción a recomponerse con rapidez y esta semana europea ha sido un ejemplo evidente.

En el Camp Nou quedaron decepcionados con la derrota en Champions ante el Shakhtar, que significó la primera en Europa de toda la campaña. Esta llega, sin duda, en un momento significativo pues a pesar de haber jugador con muchos canteranos (que sea dicho, dieron una mala imagen), caer antes del clásico nunca es un bálsamo optimista por más que se quiera dibujar en Barcelona.

En el bando contrario, las circuntancias han cambiado notablemente, sobre todo en el aspecto anímico. La derrota ante el Sevilla está olvidada y quedó en el olvido, como Schuster, que dejó su cargo y dio la bienvenida a Juande Ramos de manera inmediata. El manchego, sin tiempo de trabajar y mostrar sus virtudes, cogió el toro por los cuernos y ganó en Champions con autoridad al Zenit.

Ese golpe de autoridad llega justo a tiempo y cambiará la dinámica que muchos habían presagiado para el derby. Unos han cedido y han mostrado carencias entre el virtuosismo que propagaban sus hinchas, otros, con más altibajos pero constantes, han levantado el ánimo y esperan confirmar su renacimiento el día más señalado.
 



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