Puntos, goles y buen fútbol

Los blancos realizan en Gijón el mejor partido de la era Juande. Huntelaar y Marcelo se estrenan como goleadores, y Raúl marca por partida doble. Arbitraje canallesco de Mateu Lahoz, que evita una victoria aún mayor

La grandeza del fútbol radica en buena medida en su imprevisibilidad. Todo eran dudas en torno al Real Madrid antes de su visita a Gijón por las ausencias de Robben, Sneijder y Van der Vaart. Y, sin embargo, los madridistas consiguieron una de sus más plácidas victorias en esta Liga. Incluso, hubo rachas de buen fútbol. Incluso, se estrenaron como goleadores con la camiseta blanca Huntelaar y Marcelo, redimido el brasileño a ojos de Juande Ramos en su nueva ubicación de extremo zurdo. El holgado triunfo puede servir para extraer dos conclusiones: no hay "Robbendependencia" (al menos, no la hay cuando el holandés no juega) y no habría habido crisis esta temporada en el Bernabéu si hubiera que jugar todos los domingos contra el Sporting de Gijón, que se revela como un prodigioso bálsamo (siete goles en la primera vuelta y cuatro en la segunda). Fue un partido distinto en la era Juande. Lo único que no cambió fue el papel arbitral: Mateu Lahoz realizó un arbitraje canallesco contra el Real Madrid. La solvencia con la que los blancos se movieron en El Molinón evitó males mayores.

 

Sporting de Gijón: Lafuente; Sastre, Gerard, Iván Hernández, Canella; Luis Morán (Bilic, 46'), Diego Camacho, Míchel (Kike Mateo, 60'), Carmelo; Diego Castro (Matabuena, 60') y David Barral.

Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos (Parejo, 80), Pepe, Cannavaro, Heinze (Miguel Torres, 60'); Higuaín, Lass, Gago (Javi García, 70'), Camacho; Huntelaar y Raúl.

Goles: 0-1 Raúl (15'). 0-2 Huntelaar (37'). 0-3 Marcelo (49'). 0-4 Raúl (76')

Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Tarjeta amarilla para Míchel (25') y Marcelo (49').

Incidencias: Estadio de El Molinón. Lleno.

 

Juande colocó en punta a Huntelaar (¡por fin!) y a Raúl, a Higuaín como teórico extremo derecha y a Marcelo como auténtico extremo izquierda. Tras un primer cuarto de hora de tanteo, el Real Madrid se fue directamente a buscar el K. O. de su rival. El primer golpe, a la mandíbula, fue un centro de Sergio Ramos que Raúl empalmó con la izquierda para abrir el marcador. El segundo golpe, al hígado, fue una dejada con la cabeza de Higuaín que aprovechó Huntelaar para poner el segundo tanto en el simultáneo. Y, nada más comenzar el segundo tiempo, el tercer golpe, a la carótida, fue un taconazo de Higuaín que habilitó a Marcelo para superar a Lafuente con un sutil toque con la izquierda.

En realidad, el Sporting había estado groggy desde el principio, pues nunca supo ni cómo taponar la línea de creación en el centro del campo, ni cómo impedir maniobrar a los delanteros (en especial, a Higuaín) en las inmediaciones del área de Lafuente, ni cómo llegar a los dominios de Casillas (salvo el tiro de Barral al poste derecho a dos minutos del final del choque). El cuarto gol, otra vez del insaciable Raúl, vino a premiar la constancia del Real Madrid y a remediar las injusticias de Mateu Lahoz, que poco antes había anulado un gol legalísimo a Huntelaar (soberbio cabezazo del ex delantero del Ajax), a quien ya en el primer tiempo le habían hecho un penalti (Iván Hernández) que este nefasto árbitro valenciano tampoco quiso pitar.

Victoria sin paliativos y muchas cosas buenas: la solidez defensiva (que confirma que no es casualidad que desde 2009 el Real Madrid sólo haya recibido un gol), la contundencia de Huntelaar en el remate (se ha ganado a pulso con esta actuación ser titular), las buenas prestaciones de Marcelo como extremo (con gol incluido), el debut de Parejo (que hasta pudo marcar en el minuto 85) y la inagotable racha goleadora de Raúl (otra cosa es lo que aporta el capitán al juego colectivo, pero ése es otro debate que, si les parece, dejamos para otro día).



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