La hora de Faubert

El francés merece, al menos, la oportunidad de ser valorado

El Real Madrid ha pasado página en Europa tras la eliminación sufrida en Anfield. Desde este pasado miércoles, el único frente por el que seguir luchando en la Liga, con lo que empieza una nueva mini-campaña para los madridistas y, sobre todo, un epicentro en una temporada que tendrá aún varios meses por delante para salvarla con un título que repitiera el éxito de años anteriores.

Necesita, al menos, una oportunidad

Por todo ello, es el momento de jugadores que no han tenido participación hasta el momento y que, al menos para poder valorar su rendimiento, merecen su oportunidad. Así, tras haber apostado por los teóricamente titulares para recortar puntos al líder y haber dado a estos la confianza de levantar al club del letargo europeo de los últimos años, es el momento de Julien Faubert.

El centrocampista francés, llegado este pasado mercado invernal como alternativa ofensiva para la banda derecha, apenas ha contado hasta la fecha. El jugador cedido por el West Ham hasta final de campaña sólo ha podido saltar al césped en el choque liguero ante el Racing de Santander en el Santiago Bernabeu. Su participación apenas se reduce a 30 minutos durante la segunda parte del encuentro ante los cántabros, donde además, sólo tocó un par de balones.

El porqué de su fichaje

El galo, que tiene en el Real Madrid la gran oportunidad profesional de su carrera, necesita más regularidad o, al menos, demostrar el porqué de su fichaje. Desde su llegada ha sido criticado por exceso de peso, se ha defendido de aquellos que se sorprendieron por su escasa calidad para defender la elástica blanca e incluso se le ha puesto en duda la última lesión muscular que le ha dejado unos días sin entrenar. Y todo desde el anonimato de la sala de prensa, nunca desde donde debe hablar todo jugador, el terreno de juego. Él, no entiende nada.

Por ello, ahora que el club ha comprobado la escasa profundidad de banquillo de la que dispone para partidos de primer nivel como el del Liverpool, quizás sea el momento de dejar que algunos jugadores hablen. Faubert debe ser uno de ellos porque, de lo contrario, jamás se entenderá un refuerzo que no sólo no ha cumplido su misión, sino que nunca se le dejó opción a demostrarlo.



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