Ahora toca... ¡Atacar!

En el torneo del KO hay que salir a por todas

Transcurrido el primer clásico, no son pocas las voces que se quejan de un planteamiento excesivamente defensivo por parte de José Mourinho. Yo no estoy de acuerdo. Cada uno de los cuatro choques requiere una planificación diferente que obedece al tipo de competición que se está disputando. Si en la Liga se trataba de una primera toma de contacto y un calibraje de fuerzas entre los dos colosos. Es ahora en la competición del KO, en la final de la Copa del Rey, cuando el Real Madrid debe de mostrar todo su potencial ofensivo y desarbolar al Barcelona.        

Basta ya de probaturas. El duelo en la Liga sólo fue un aperitivo de lo que nos espera. Sirvió para mucho. Para ver que el Madrid no puede ni debe temer a nadie, para observar cómo se puede frenar a los culés (algo que los madridistas hicieron durante buena parte del encuentro)y para darse cuenta de que los jugadores del Barcelona son humanos que sienten y padecen y que, por momentos, se sintieron asfixiados ante la presión bien ejecutada por parte del conjunto blanco.

Pero ahora hay que atacar. ¿Y como hacerlo? La respuesta es sencilla. Haciendo de Mesut Özil el motor del ataque madridista. El genio alemán tiene en sus botas la calidad necesaria para hacer verdadero daño a la defensa del Barcelona. Su último pase es letal y acompañado en las alas por Cristiano (y por Di María si se sacrifica un pivote) puede dar muchos quebraderos de cabeza al equipo de Guardiola. 

La Copa invita a atacar, a darlo todo y no dejarse nada en el tintero, a desatar ese torrente ofensivo que es el Real Madrid. Además, una victoria en este torneo, desatando todo el potencial del ataque blanco acercaría un poco más el verdadero sueño de los madridistas: la final de la Champions League.



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