Undiano, pésimo, permitió la agresividad local

El colegiado permitió a los donostiarras un juego demasiado brusco

Undiano Mallenco volvió a dar una lección de arbitraje casero en Anoeta. Sin demasiados escándalos, el colegiado concedió una permisividad inusitada al juego sucio de los locales, que se despacharon a gusto a lo largo de todo el encuentro a base de patadas. El navarro no incidió en el resultado del choque, pero minó poco a poco los ánimos madridistas.

Undiano Mallenco dejó sin castigar hasta tres jugadas de cartulina amarilla en contra de la Real Sociedad. En la primera mitad, no señaló una mano clara de Carlos Martínez tras un centro de Coentrao, poco antes de perdonar la amarilla a Carlos Vela por un claro agarrón del cuello a Sergio Ramos. Al borde del descanso, Mariga se fue de rositas tras patear a Mesut Özil en el pie de apoyo.

Pero eso no sería nada a comparación de lo ocurrido en la segunda mitad, cuando Cadamudo primero y Griezmann después se salvaron de la roja en acciones que merecían la expulsión. Especialmente en el caso del francés, que metió la plancha sobre Sergio Ramos clavándole los tacos en la espinilla. Minutos más tarde, el sevillano vería la amarilla en una acción ridícula a comparación. El mismo castigo para dos acciones muy distintas. Una vez más, distinto rasero para unos y otros.

Del mismo modo, señaló un dudoso fuera de juego de Ronaldo mediada la segunda parte, cuando el portugués se marchaba solo a encarar a Bravo. Un arbitraje de lo más casero que, realmente, no sorprende a estas alturas.



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