Iturralde, ¡qué malo eres!

El colegiado vasco no dejó contento a nadie en El Molinón

Eduardo Iturralde González fue uno de los protagonistas principales del encuentro entre el Real Madrid y el Sporting en El Molinón. El colegiado vasco no dejó contento a nadie en tierras asturianas, donde volvió a dar un recital de lo que es ser un mal árbitro. A pesar de que hace unos días aseguró que la presión no puede con él, no lo demostró en un encuentro en el que se dejó llevar por el ambiente tenso dando rienda suelta a su fama de tarjetero.

En el minuto 17 de juego llegaba la primera de Iturralde, en una jugada en la que expulsó a Rui Faria por nada. El portugués protestó ligeramente una jugada en contra del Madrid y ahí estaba el colegiado para sacar a relucir su creciente protagonismo. Pero esto era sólo el comienzo en una primera mitad que estuvo marcada por el juego duro de los locales, que aún así no pudieron imponerse por la fuerza a los blancos.

En el 21, Eguren podía haber visto algo más que una amarilla en un encontrozazo con Marcelo, pero en lugar de eso mostró otra cartulina a un Callejón que protestaba desde el banquillo. Siempre más pendiente de lo que sucedía en el área técnica que dentro del terreno de juego, Iturralde se fue metiendo poco a poco en el partido a base de amonestaciones a los locales, en este caso merecidas: una para Barral, otra para Trejo y una tercera para Bilic por protestar desde el banquillo.

Al borde del descanso, pudo decantarse la balanza definitivamente a favor del Madrid si el árbitro hubiera tenido a bien enseñar la segunda amarilla a Barral por un pisotón a Ramos; una cartulina que también pudo ver más tarde por un manotazo en la cara sobre Pepe. Por su parte, el Sporting también se sintió damnificado en una acción de De las Cuevas dentro de área en la que Lass le ganó la posición limpiamente. Al inicio de la segunda parte, Iturralde pudo señalar una pena máxima de Botía tras un chut de Cristiano que le golpeó en el brazo. No obstante, lo llevaba pegado al cuerpo.

Continuaba el partido pero no el recital de Iturralde, que enseñó una amarilla a Di María en una acción en la que no tocó a Canella, pero no pitó ni falta en una entrada brutal de Botía sobre Khedira, a pesar de que tampoco tocara al alemán. Al final, sí expulsó a Eguren por una clara agresión a Cristiano. Un partido complicado que, sin duda, se podía haber llevado mucho mejor. Pero el afán de protagonismo de este colegiado es muy superior a su profesionalidad.



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