Con Mou, adiós a las filtraciones

El entrenador luso ha convertido el Real Madrid en un búnker inexpugnable

El entrenador del Real Madrid, José Mourinho, puede sumar desde ya a su lista de éxitos uno que en muchos años nadie había logrado. El técnico portugués ha cerrado el club a la prensa a cal y canto, un hecho que queda demostrado en que los fichajes que ha ido sellando el club desde su llegada han sido un secreto para todos hasta el momento de hacerse oficiales. Este año está ocurriendo más de lo mismo: la prensa da palos de ciego consciente de las carencias de la plantilla, pero sin una sola certeza al respecto de los refuerzos blancos.

Durante los últimos años, las filtraciones habían sido un grave problema para el club blanco. Es cierto que a los aficionados les gusta saber qué hombres pueden pasar a formar parte de su equipo, pero seguramente no desean saberlo a cualquier precio. Y es que el simple hecho de que la prensa se haga eco del interés real en un fichaje puede ser muy contraproducente para los intereses del club. Mourinho lo sabe, y por eso ha creado un círculo de confianza del que no sale una sola palabra al respecto de las intenciones merengues.

Con las filtraciones, llegan las subidas de precio con la entrada en liza de otros clubes, que saben de buena mano que si el Madrid quiere a un futbolista no es por casualidad. Así, los precios se acaban inflando más de la cuenta. De hecho, desde el club se ha conseguido hacer un búnker en materia de fichajes, y todas las preguntas sobre este o aquel posible fichaje acaban siempre con la misma respuesta, apuntando en dirección a Mourinho. El luso es el que sabe quién llegará o no y de su boca jamás sale una sola palabra al respecto: el resto son sólo especulaciones.

De este modo, Mourinho puede presumir de haber conseguido cerrar a cal y canto, por su bien, a un club que durante muchos años ha tenido la mala fortuna de ser una entidad prácticamente pública, en la que nada podía ocultarse debido al enorme interés y expectación que genera en todo el mundo. La prensa ya no puede meter las narices donde no la llaman, y aunque esto crea cierta ansiedad entre los aficionados y entre los propios medios de comunicación, no cabe duda que es una medida adecuada y a la altura del mejor entrenador del mundo. Una vez más, Mourinho ha ganado la partida.



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