El Real Madrid salvó los muebles sobre la bocina

De entrada, Ancelotti volvió a dejar claro que prefiere a Khedira que a Illarra. O al menos que en la configuración actual le ve más hueco. Por eso, el alemán fue el elegido para suplir a Isco. Habrá que ver en los próximos días si el mensaje englobaba una simple decisión deportiva o si era una aclaración de falta de espacio del vasco en este plantel.

El inicio del partido dejó noticia de arranque. Por indicación de su asistente, el árbitro señalaba penalti por mano de Sergio Ramos dentro del área madridista. Apenas había transcurrido un minuto de encuentro, y la cosa pintaba ya fea de entrada para los blancos. Aparentemente, el colegiado no tenía la intención de señalar la pena máxima, pero fue el juez de línea el que reclamó la atención de los focos. Bien es cierto que en primera instancia sí parecía penalti, aunque según fueron apareciendo las repeticiones de la acción, la duda aumentaba. Sea como fuere, lo cierto es que Ghilas no perdonaba ante Casillas desde los 11 metros y adelantaba al Córdoba. Al Real Madrid le tocaba remar.

Los locales, muy bien plantados sobre el terreno de juego, no dejaban a los de Ancelotti ni asociarse ni disfrutar con el balón. Siempre había un jugador del Córdoba incomodando a Kroos, Khedira y James, e incluso Varane y Ramos tenían problemas para sacar el balón desde atrás con solvencia. Por momentos, se vio a un Real Madrid con complicaciones, algo lento y ejecutando las acciones con menos velocidad de lo necesitado.

A pesar de todo, el mérito de un equipo grande como el Real Madrid es el poder hacer daño al oponente aun no haciendo el mejor partido de su vida. Algo así se puede decir del gol de Karim Benzema, que supuso el 1-1, tras rematar dentro del área pequeña un saque de esquina que se quedó muerto cerca de la portería del Córdoba. La pierna del delantero galo fue decisiva y, como mal menor le permitía al Real Madrid llegar al intermedio con el encuentro igualado y con 45 minutos por delante para terminar de voltear un partido ante un equipo peleón y bien plantado.

La segunda parte del encuentro no varió demasiado el guión respecto a lo visto en la primera. El Córdoba siguió haciendo su trabajo, conjuntado y cortocircuitando las acciones ofensivas de un Real Madrid que no terminaba de encontrar la tecla que pudiera servirle para hacer daño al equipo local.

Más allá de algún intento lejano de los blancos, la primera gran ocasión de los segundos 45 minutos fue para el Córdoba en un remate de Florin tras un error de Varane al intentar ceder el balón de cabeza para Casillas. El remate elevado del delantero del Córdoba terminó golpeando en el larguero de la portería madridista cuando Iker ya estaba superado y ni Carvajal ni Ramos podían hacer nada por evitarlo.

El Real Madrid entraba en la franja decisiva del partido con la imperiosa necesidad de marcar un gol que le pudiera dar la victoria. Por si esto fuera poco, Cristiano Ronaldo fue expulsado por golpear sin balón a Edimar en una jugada en la que no había peligro. El más difícil todavía, pues quedaban siete minutos de encuentro y el Madrid tenía que intentar remontar con 10 jugadores.

Sin embargo, si hay un equipo especialista en hacerse grande cuando las cosas van peor ese es el Real Madrid. Sin Cristiano, fue Gareth Bale el protagonista del final del partido. El galés fue el  encargado de provocar una falta en la frontal del área que él mismo decidió golpear. El tiro del ‘11’ del Real Madrid fue desviado con la mano por parte de Cartabia. Penalti que era media vida. Para completar el ‘triplete’, fue el ex del Tottenham el que asumió los galones para lanzar la pena máxima. No falló. El Real Madrid ganaba a la heroica en Córdoba en un partido flojo que, a final de curso, puede ser decisivo para ganar la Liga.