Son dos semanas importantes para las competiciones europeas: ya está en marcha la final de la Europa League entre Atalanta y Bayer Leverkusen, un partido que servirá como ‘aperitivo’ para la gran final en Wembley. El choque que enfrentará a Borussia Dortmund y Real Madrid en el estadio inglés el próximo 1 de junio no será la última final anunciada por UEFA.
La entidad presidida por Aleksander Ceferin ha dado a conocer, horas antes del inicio de este partido en Dublín, los estadios que alojarán las próximas finales de las tres competiciones bajo el mando de UEFA. Uno de los estadios de Champions League es un claro guiño en dirección al club blanco: el último partido de la edición 25/26 se jugará en el Puskás Arena.
Este recinto deportivo situado en la capital de Hungría, Budapest, es mucho más significativo de lo que parece. Puskás, además de ser uno de los grandes arietes de la galería de leyendas del Real Madrid, también es motivo de orgullo nacional en el país de origen del delantero fallecido en 2006. El Real Madrid llegaría a esa final con una plantilla casi a la altura de otras etapas gloriosas del club blanco.
Estadio con conexión blanca
Porque Florentino Pérez habría conseguido juntar a futbolistas como Vinícius Jr, Rodrygo, Camavinga o Jude Bellingham con coetáneos de la talla de Mbappé, Endrick… e incluso Florian Wirtz: la posible incorporación del ‘10’ del Bayer Leverkusen parece haberse convertido en la máxima prioridad de cara al mercado de verano de 2025.
Así, uno de los objetivos que podría fijarse la plantilla blanca a medio plazo es llegar a la final que tendrá lugar en un estadio que toma el nombre del delantero conocido como ‘Cañoncito Pum’ en nuestro país por la fuerza que imprimía a sus disparos a puerta. Ferenc Puskás sigue presente en la épica madridista… especialmente cuando se trata de partidos de la Copa de Europa.
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