El técnico habló con el jugador en los últimos días y le preguntó si tenía ganas de jugar unos minutos en el último partido de Liga. Kepa Arrizabalaga le dijo que por supuesto que quería jugar, para poder despedirse de toda la afición madridista.
El guardameta español fue importante en el primer tramo del curso, pero no acabó de convencer a Ancelotti y a la afición. Por eso, cuando Lunin comenzó a rendir, no tardó en quitarle la titularidad.
Cuando fichó por el Real Madrid pensaba que sería titular, pero nadie se esperó la “explosión” de Lunin, que ha sido clave en muchos partidos a lo largo de esta temporada.
A pesar de esto, Kepa siguió trabajando como el que más, y priorizó el grupo por encima de todo. Por eso mismo, fue uno de los mayores apoyos de Thibaut Courtois y Andriy Lunin. En eso hay que destacar su compromiso y ayuda en la tanda de penaltis de Manchester.
Por todo esto, tanto los jugadores como el cuerpo técnico tienen un gran cariño al portero, que finalizará su cesión el 30 de junio, y negociará su futuro con el Chelsea, que podría venderle o volver a cederle a otro club.
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