Sonaba Anfield, con su habitual ‘You Never Walk Alone’ tapando el himno de la Champions League, y rugía en busca de lo imposible, ganarle al Barça, remontar la eliminatoria y vencer al VAR con sus injusticias culé. Salían espoleados los reds y se vio síntomas de que podía pasar lo del Olímpico de Roma. Acongojados los culés veían como Henderson rozaba el primero en el minuto uno y Origi se convertía en Dzeko para marcar en el minuto 7 de partido. El delantero de la Roma en el mítico 3-0 de la temporada pasada marcaba en el 6’.
El Liverpool embotellaba al Barça que no gozó de una oportunidad clara hasta casi el final de la primera mitad con Jordi Alba. Entre medias, la guarrería de Luis Suárez (con barra libre para pegar) no era sancionable. Si en la ida los culés se cargaron a Keita (y todos lo pasaron por alto) en la vuelta se cebaron con Henderson y con Robertson, dos titulares que quedaban ‘tocados’ y necesitaban asistencia médica. El equipo de Klopp se desfondaba y soñaba con el segundo, pero en la primera mitad no fue posible ya que nada se movió y terminó 1-0.
La segunda mitad empezaba con un cambio de Wijnaldum por Robertson. La ‘flor’ de Valverde se le rebotaba en su contra ya que dos goles seguidos del mediocentro dejaban el partido en un puño. Con el 3-0 aparecía el espíritu de De Rossi y el Barça estaba vapuleado. Anfield sonaba como nunca y el Barça estaba acongojado. Canguelo culé, caras de miedo y todavía faltaba lo peor.
“¡¡A CIBELES!!” Decían algunos. Pues el Barça dónde se va es al carrer. La vida y el fútbol le debe una Champions a Jürgen Klopp y la merece más que nadie tras destrozar al Barça. Un K.O más doloroso que el que se vivió en un año. Un auténtico milagro. 4-0 del Liverpool con gol de Origi e impecable defensa para evitar un gol culé que les hubiese eliminado. El Liverpool está en la final… ¡el Barça…AL CARRER, UN AÑO MÁS!
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